El dinero es algo espiritual. El dinero es vida. Nadie puede sobrevivir en nuestra sociedad sin dinero. El dinero nos permite seguir con vida.
La preocupación por el dinero, especialmente la falta de éste y los temores asociados a la seguridad, al trabajo, al negocio, todo esto determina la vida cotidiana de muchas personas. A menudo, también existe una cantidad desproporcionada de dinero que, según el propio sentir, uno tiene derecho a recibir de las herencias o servicios prestados que no se compensan adecuadamente.
En una constelación se muestra que cada uno de nosotros tiene derecho a una vida plena y solo uno mismo evita recibir esta abundancia. Se revelan y transforman los patrones que siempre conducen a la falta de dinero, para lograr en el futuro la alegría de la riqueza.
Lo conseguimos haciendo algo. El dinero es la recompensa por algo que nos brinda a nosotros y a los demás los medios para seguir con vida. Este dinero está al servicio de la existencia. Si alguien trabaja duro para nosotros y nosotros obtenemos un beneficio a través de su trabajo, debemos recompensarle en consecuencia. Solo si le renumeramos como corresponde, podremos mantener lo que ha obtenido para nosotros.
¿Mantendrá o perderá su trabajo? ¿Qué ganó, si pidió más de lo que vale su rendimiento?
Por el contrario, si alguien dice: "Un salario bajo es suficiente para mí, no necesito tanto". ¿Qué sucede con su desempeño? ¿Es reconocido por él? ¿Es reconocido por los demás? ¿Puede ampliarlo y ganar clientes adicionales? ¿O se le pide menos porque él lo menosprecia exigiendo menos de lo que vale?
Depende del equilibrio apropiado entre el dar y el tomar. La recompensa con la que pagamos a alguien apropiadamente por lo que ha hecho por nosotros le motiva a seguir sirviéndonos en el futuro. El equilibrio y la compensación del dar y el tomar sostienen y mantienen una relación. Donde no hay equilibrio, perdemos algo.
